Julio 04 del 2018
1. Juan 14:15,16. El amor a Jesús, y la consiguiente obediencia a sus mandamientos, es la condición esencial para recibir al Espíritu Santo de Dios.
2. Juan 14:16. El Espíritu de Dios es llamado inicialmente “Consolador”, por Jesús, porque su naturaleza divina le permite ejercer la función divina por excelencia: “Consolar” al género humano de su deplorable condición espiritual.
3. Juan 14:16. La expresión “Otro Consolador”, hace referencia a “igual a mí”. A su vez, Jesús, afirma en Juan 10:30: “soy igual al Padre” (“Yo y el Padre uno somos”). En resumen, el Espíritu Santo es igual a Jesús e igual al Padre. El Espíritu Santo es una persona y es Dios.
4. Juan 14:16. Una vez que el Espíritu Santo viene al corazón del creyente cristiano, estará allí para siempre.
5. Juan 14:17. El Espíritu Santo es llamado por Jesús “Espíritu de Verdad”, en referencia implícita a él mismo y a la palabra.
6. Juan 14:17. El mundo y sus vasallos, los no creyentes en Cristo, están regidos por el espíritu del maligno, no por el Espíritu de Verdad, porque lo desconoce totalmente.
7. Juan 14:17. El Espíritu de Verdad estaba “Con” los doce apóstoles, porque creían en Jesús, pero no estaba “En” ellos, porque no había venido de manera definitiva sobre la tierra.
8. Juan 14:17. El Espíritu de Verdad estaría “En” los apóstoles y en todos los creyentes, subsiguientes al derramamiento del Espíritu en “Pentecostés”.
9. Juan 14:26. El nombre “Espíritu Santo”, asignado por Jesús al Consolador, hace referencia a la principal característica del carácter y la personalidad del Espíritu de Dios: La Santidad.
10. Juan 14:26. Cuando se recibe a Jesucristo como Señor y Salvador personal en el corazón, se recibe es a su Espíritu Santo.
11. Juan 14:26. La obra del Espíritu Santo en el cristiano es enseñarle y recordarle la palabra del Señor Jesús.
12. Juan 15:26. La gran misión del Espíritu de Verdad o Espíritu Santo, asignada por el Padre, es testificar acerca de Jesús.
13. Juan 15:27. La gran señal de la presencia del Espíritu Santo en un cristiano, es el testimonio de vida y verbal acerca de Jesús.
14. Juan 15:27. Tenemos la garantía de la presencia del Espíritu Santo en el corazón del creyente cristiano, porque produce en él fe en Jesús, adoración a Jesús, y testimonio exclusivo de Jesús. Esto, porque desde que le recibimos como Señor y Salvador personal, el Espíritu de Verdad está en nosotros. Juan 16:7.
15. Juan 16:8–11. El propósito del Espíritu Santo en el “mundo”, es convencerlo de pecado, de justicia y de juicio, para convertirlo al Señorío y a la Salvación en Cristo Jesús.
16. Juan 16:13. El propósito del Espíritu Santo en el corazón del “Creyente” es guiarlo a toda la verdad, en medio de las diversas circunstancias cotidianas de la vida.
17. Juan 16:14,15. El propósito del Espíritu Santo en la “Iglesia”, es glorificar a Jesús, haciéndolo resplandecer por medio de la provisión de su gloriosa presencia en medio de sus miembros.
18. Juan 16:15. Todo lo que el Espíritu Santo hace en el mundo, provee al creyente y reparte en la Iglesia, lo toma directamente de Jesús, no de él mismo, porque Jesús es el mismo Padre.
Pastor, Justo Román Acero R.
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